Nos hacemos eco de la nueva intervención policial en un Club Social de Fumadores de Mariahuna , desarrollado por la Policía Local en Madrid:

La Policía Municipal intervino durante la tarde del sábado casi cuatro kilos de marihuana y hachís en un club de fumadores de Madrid, situado en la calle Capitán Haya. Los agentes se personaron en el establecimiento por la noche después de recibir las llamadas de queja de los vecinos, que denunciaron que había muchos jóvenes agolpados en las puertas de un local haciendo demasiado ruido.

La persiana del establecimiento se encontraba aparentemente bajada, pero se escuchaban voces en el interior, por lo que los agentes se acercaron y vieron que se podía entrar. Acceden y comienzan a notar un fuerte olor a marihuana. En ese momento observan un mostrador apartado a la izquierda y a gente intercambiando sustancias previamente medidas. Detrás del mostrador hay un armario con una gran variedad de bolsas y botes de marihuana, además de un frigorífico con tuppers de hachís y resina de cannabis, básculas de precisión e incluso pizarras en las que se ofertaban los diferentes tipos de productos que se podían adquirir.

Los policías cachean a todas las personas del local y levantan acta por consumo de sustancia estupefaciente en vía pública, aunque todos los apelados aseguran haber comprado la droga en el establecimiento para lo que, según dicen, hay que ser socio, cosa que se consigue previo pago de 10 euros. El encargado, de hecho, manifiesta a los agentes que regenta un club de fumadores llamado Asociación Mundo Nirvana, que también ofrece karaoke y que los socios y sus acompañantes pueden consumir marihuana dentro.

Es cuando los agentes se percatan que esto supone una infracción, pues entienden que la ley permite consumir a los socios de este tipo de locales, pero en ningún caso a los acompañantes. Los funcionarios también observan que los asociados además deben tener más de 21 años, cosa que también se incumplía en este caso; y que estos establecimientos no pueden tener a ningún empleado, extremo al que tampoco se ajustaba el responsable, que mostró dos contratos de trabajo a los agentes.

Los policías detectan también que el propietario no tiene certificado de desratización ni de desinfección, que tampoco dispone de hoja de reclamaciones y que el establecimiento no está acondicionado para ser un club de fumadores, pues no cuenta con zona separada para no fumadores, sino un simple cartel que lo prohibe en una parte.

Diferentes tipos de cannabis en la carta de productos que ofrecía el local. (EC)

La operación conllevó la creación de un acta de investigado no detenidos sobre los dos trabajadores por un delito contra la salud pública y hasta última hora de la noche no había acarreado el cierre del club. Los agentes intervinieron en total 108 objetos que contenían algún tipo de sustancia estupefaciente que debe ser analizada ahora, pero que en apariencia coincide con las características del cannabis -en su mayor parte- y del hachís.

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